En el sexo, como en la vida: seamos libres

Para algunas personas, la vida sexual (ya tengan pareja o no) es como una vida paralela. Es un espacio y un tiempo donde se permiten ser ellos mismos o donde necesitan sentir que son otros para disfrutar de su sexualidad. Y me parece genial: una y otra opción mientras se viva con libertad.

Y ¿qué pasa cuando no se experimenta la libertad?, y me pregunto por qué se separa la vida sexual de la vida personal, ¿no es lo mismo?, es decir ¿no somos la misma persona?. Y ahí es donde está el quid de la cuestión: vivir las distintas áreas de la vida como un continuo.

Que uno decida ejercer esa libertad únicamente dentro de su vida sexual y que el resto de parcelas de su vida siente que tiene una libertad un tanto recortada, o a la inversa (que se sienta libre en su vida cotidiana y en la sexual, no) y otras variaciones, en todas ellas, siempre se puede encontrar una utilidad: quizás es el momento de aprender y sentir esa libertad en todas las parcelas de tu vida (tanto privadas como públicas).

El uso de la libertad promueve la autonomía, la responsabilidad, el autoconocimiento y autoaceptación y, consecuentemente, a la propia autoestima. Elemento fundamental para la vida en general, haciendo especial mención a la sexualidad: cuánto más seguro uno se sienta (tenga más autoestima), más alto será el nivel de satisfacción y bienestar tendrá en su vida en general.

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