La terapia psicológica es un proceso mental y emocional que se desarrolla a través de un trabajo conjunto con un psicoterapeuta.
Se trata de un proceso de ayuda en el que el paciente irá poniendo luz y podrá reconocer parte de su mundo interior para poder dar respuesta y mejorar el estado actual en el que se encuentra.
Normalmente, cuando uno decide ir al psicólogo, antes ha probado de todo: lo ha pensado mucho, lo ha hablado con alguna persona de confianza… y al final, cuando ya no sabe por dónde tirar y el problema ya es demasiado grande para gestionarlo solo, sólo entonces, uno busca ayuda. Y eso, dice mucho de la persona: en realidad, aunque quizás parezca lo contrario, hacer eso, denota confianza en uno mismo, en sus propios recursos y capacidades y perseverancia.
Así que decidir ir al psicólogo, no es ninguna derrota, ni nada malo. Tan sólo es la búsqueda de un punto de vista diferente.
Para que una terapia sea exitosa lo que debe haber sí o sí es una relación de confiança y de comodidad con el psicoterapeuta. Al final, se va a establecer una relación con una persona a la que le vas a explicar intimidades y te vas a mostrar tal cual eres. Y para poder hacer eso, es crucial la relación.
Por este motivo, procuro crear un ambiente de confidencialidad, confianza, tranquilidad y aceptación total a todos los pensamientos, reacciones y emociones del paciente.